¿Qué son el dominio y el hosting de una página web?

Si quieres tener tu propia página web, necesitas dos cosas fundamentales: un dominio y un hosting. Estos dos elementos son los que hacen posible que tu web sea visible y accesible en Internet. Pero, ¿qué son exactamente y cómo funcionan? En este artículo te lo explicamos de forma sencilla y con un ejemplo práctico.

ℹ️ En 2020 ya escribimos un artículo hablando sobre qué son el dominio y el hosting de una web. Este es una versión actualizada, pero mucho mejor y con ejemplos claros. Verás como te quedan los conceptos bien claros 🙂

El dominio: la dirección de tu web

Dominio web

El dominio es el nombre que identifica a tu web en Internet. Es la dirección que los usuarios escriben en el navegador para acceder a tu contenido. Por ejemplo, el dominio de esta web es informaticatorredembarra.com. O el de nuestra web hermana para técnicos, informaticatdb.com.

El dominio tiene dos partes: el nombre y la extensión. El nombre es la parte que tú eliges, y debe ser único y representativo de tu web. La extensión es la parte que va después del punto, y suele indicar el tipo o el país de la web. Por ejemplo, .com es la extensión más común y se usa para webs comerciales o globales. Otras extensiones son .es para España, .org para organizaciones, .edu para educación, etc.

Para tener un dominio, debes registrarlo y pagar una cuota anual a una empresa que se dedica a ofrecer este servicio. Esta empresa se llama registrador de dominios, y hay muchas opciones disponibles. Por ejemplo Dinahosting. Más abajo te recomendamos otras con las que trabajamos.

Pero, ¿por qué necesitas un dominio? La respuesta es que el dominio es la forma más fácil y cómoda de acceder a tu web. Sin embargo, las máquinas que se encargan de conectar tu web con los usuarios no entienden los nombres, sino los números. Estos números son las direcciones IP, y son el verdadero identificador de tu web en Internet.

La IP: el número de tu web

La IP (Internet Protocol) es un código numérico que identifica a cada dispositivo que se conecta a Internet. Cada web tiene una IP única que la distingue de las demás. Por ejemplo, la IP de Google es 216.58.209.67.

La IP es la forma en que las máquinas se comunican entre sí en Internet. Cuando un usuario quiere acceder a una web, su navegador envía una petición a la IP de esa web, y el servidor que la aloja le devuelve el contenido.

Pero, ¿cómo sabe el navegador cuál es la IP de la web que quiere visitar? Aquí es donde entra en juego el DNS.

El DNS: el traductor de tu web

El DNS (Domain Name System) es el sistema que se encarga de traducir los nombres de dominio a las direcciones IP, y viceversa. Es como un gran directorio que guarda la relación entre los dominios y las IP de todas las webs que existen en Internet.

El DNS funciona de forma jerárquica y descentralizada. Hay varios niveles de servidores DNS que se encargan de resolver las consultas de los usuarios. Estos servidores se comunican entre sí para encontrar la IP que corresponde al dominio solicitado.

Cuando un usuario escribe un dominio en el navegador, el navegador consulta al servidor DNS más cercano, que puede ser el de su proveedor de Internet o el de su red local. Si este servidor tiene la respuesta, se la devuelve al navegador. Si no la tiene, pregunta a otro servidor de nivel superior, y así sucesivamente hasta llegar al servidor raíz, que es el que tiene la información de todas las extensiones de dominio.

Una vez que el navegador obtiene la IP de la web que quiere visitar, se conecta con el servidor que la aloja y le pide el contenido. Este proceso se hace en cuestión de milisegundos, y es transparente para el usuario.

Pero, ¿dónde se aloja el contenido de tu web? Pues en esta aventura donde aprendemos qué son el dominio y el hosting de una página web, le ha llegado el turno al hosting.

El hosting: el espacio de tu web

Hosting web

El alojamiento web o hosting es el servicio que te proporciona el espacio y los recursos necesarios para guardar el contenido de tu web y hacerlo accesible en Internet. El hosting es como el hogar de tu web, donde se guardan los archivos, las imágenes, los vídeos, las bases de datos y todo lo que forma parte de tu web.

El hosting se ofrece a través de servidores, que son computadoras potentes y especializadas que se encargan de almacenar y servir el contenido de las webs. Estos servidores están conectados a Internet las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y tienen sistemas de seguridad y respaldo para garantizar el correcto funcionamiento de las webs.

Para tener un hosting, debes contratarlo y pagar una cuota mensual o anual a una empresa que se dedica a ofrecer este servicio. Esta empresa se llama proveedor de hosting, y hay muchas opciones disponibles, nosotros trabajamos y recomendamos Raiola Network, Webempresa o Siteground.

Pero, ¿qué tipo de hosting necesitas? La respuesta depende de las características y necesidades de tu web. Hay diferentes tipos de hosting, pero los más comunes son el hosting compartido y el hosting privado.

El hosting compartido: el piso compartido de tu web

El hosting compartido es el tipo de hosting más utilizado y económico. Consiste en que varias webs comparten el mismo servidor y sus recursos, como el espacio, la memoria, el procesador o el ancho de banda. El hosting compartido es como un piso compartido, donde cada web tiene su habitación, pero comparte el baño, la cocina y el salón con las demás.

El hosting compartido es como un piso compartido, donde cada web tiene su habitación, pero comparte el baño, la cocina y el salón con las demás.

El hosting compartido tiene algunas ventajas, como su bajo precio, su facilidad de uso y su versatilidad. Es una buena opción para webs pequeñas o medianas, que no tienen mucho tráfico ni requieren mucha personalización.

Sin embargo, el hosting compartido también tiene algunos inconvenientes, como su limitación de recursos, su menor seguridad y su menor rendimiento. Al compartir el servidor con otras webs, puedes tener problemas si alguna de ellas consume más recursos de los que le corresponden, o si alguna de ellas sufre un ataque o un fallo. Además, al tener menos control sobre el servidor, puedes tener menos opciones de configuración y optimización de tu web.

El hosting privado: el chalet de tu web

El hosting privado es el tipo de hosting más exclusivo y caro. Consiste en que una web tiene un servidor dedicado solo para ella, con todos sus recursos disponibles. El hosting privado es como un chalet, donde tu web tiene toda la casa para ella sola, sin compartir nada con nadie.

El hosting privado tiene algunas ventajas, como su mayor capacidad, su mayor seguridad y su mayor rendimiento. Es una buena opción para webs grandes o complejas, que tienen mucho tráfico o requieren mucha personalización.

Sin embargo, el hosting privado también tiene algunos inconvenientes, como su alto precio, su dificultad de uso y su menor versatilidad. Al tener un servidor dedicado solo para tu web, debes pagar más por el servicio, y además debes tener más conocimientos técnicos para gestionarlo y mantenerlo. Además, al tener más recursos de los que necesitas, puedes estar desperdiciando espacio y dinero.

¿Qué tipo de hosting elegir?

La elección del tipo de hosting depende de varios factores, como el presupuesto, el tamaño, el propósito y las expectativas de tu web. No hay una respuesta única, sino que debes evaluar las ventajas e inconvenientes de cada opción y decidir la que mejor se adapte a tus necesidades.

En general, el hosting compartido es más recomendable para webs que:

  • Son pequeñas o medianas, con poco contenido y tráfico.
  • No requieren mucha personalización ni funcionalidades especiales.
  • No tienen un alto nivel de exigencia en cuanto a seguridad y rendimiento.
  • Tienen un presupuesto limitado y buscan una solución económica y sencilla.

En cambio, el hosting privado es más recomendable para webs que:

  • Son grandes o complejas, con mucho contenido y tráfico.
  • Requieren mucha personalización y funcionalidades especiales.
  • Tienen un alto nivel de exigencia en cuanto a seguridad y rendimiento.
  • Tienen un presupuesto amplio y buscan una solución exclusiva y potente.

¿Qué son las IP y las DNS en referencia al hosting y dominio de una página web?

Como hemos visto, las IP y las DNS son elementos clave para el funcionamiento de tu web en Internet. La IP es el número que identifica a tu web y al servidor que la aloja. La DNS es el sistema que traduce los nombres de dominio a las IP, y viceversa. Estos elementos son importantes para que tu web sea visible y accesible en Internet.

Para que lo entiendas mejor, vamos a usar como ejemplo un rascacielos. Imagina que el rascacielos es el servidor, y cada web es un apartamento dentro del rascacielos. Cada apartamento tiene una dirección, que es el dominio, y un número, que es la IP. La DNS es como el portero del rascacielos, que sabe qué número corresponde a cada dirección, y viceversa.

Cuando alguien quiere visitar tu web, lo que hace es escribir tu dirección (dominio) en el navegador. El navegador le pregunta al portero (DNS) qué número (IP) tiene tu apartamento (web). El portero le dice el número, y el navegador se dirige al rascacielos (servidor) y llama al apartamento (web) por el número (IP). El apartamento (web) le abre la puerta y le muestra el contenido.

Como ves, el dominio y el hosting son dos elementos esenciales para tener tu propia página web. Esperamos que este artículo te haya ayudado a entender mejor qué son y cómo funcionan.

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